viernes, 23 de mayo de 2014

Resumen De El Libro El Viejo y El Mar
Resumen Hecho Por, Gabriel Ramirez

El Viejo y El Mar
Santiago es un viejo pescador cubano que no ah pescado nada en 84 días. Durante los primeros cuarenta días lo ayudaba Manolin, un joven pescador del pueblo, pero su infortuna parece tan definitiva que los padres del chico lo embarcan en otra nave para ir con ciertos pescadores con mayor suerte que aquel viejo con respecto a sus pescas. Sin embargo, el joven Manolin le seguía ayudando y haciéndole compañía.
La mañana del día numero ochenta y cinco, el viejo conduce la barca mar adentro donde sabe que podrá pescar algo.
Ese día el viejo salió a la mar con el objetivo de terminar con su mala racha en la pesca. El muchacho le había conseguido cebo. Al término de unas horas de navegar, tras haber perdido de vista la costa, un pez pico el anzuelo. Era un pez enorme, dispuesto a luchar hasta la muerte si era necesario. La barca navego a culpa del pez mar adentro. Las fuerzas del viejo cada vez eran más débiles y se esperaba que el pez pudiera asesinarlo, pero tenía una fuerte determinación para lograr sacarlo del agua, y no le importaba si a cambio de esto el muriera.
Tras una larga y dura batalla el pez tubo la peor de las suertes, y el viejo, lleno de alegría, ya que no imagino que el pez fuese tan grande, lo amarro al costado de la barca, para poner rumbo a la costa. Todo su empeño hubiera sido inútil si no consiguiese llevarlo a tierra firme.
Sin embargo y para su desilusión apareció un tiburón cuando aquel depredador se acercó al pez para comerlo, el viejo le acertó un tiro certero con el arpón. Se había librado del tiburón, pero no tardarían en acercarse otros más siguiendo el rastro de sangre de aquel inmenso pez, después de varios mas, solo dejaron la cabeza, la espina y la cola suficiente prueba para dar testimonio de aquella hazaña.
Así, después de tanto llego el cuerpo al puerto. Era de noche y no había nadie que lo ayudara a recoger cuando termino el viejo se marchó a su casa a dormir. Al día siguiente el muchacho, muy preocupado, fue a su casa a ver como estaba y le prometió al viejo que saldría a pescar con él. Después de esto los demás pescadores reconocieron el gran esfuerzo de Santiago al observar los restos de aquel enorme pez.

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